¡Vaya fonendo! Con dos gomas, una azul y otra roja, una para cada oido. Así es imposible alegar que no has oido ese murmullo vesicular que era tan tenue (por eso se llama murmullo y no gritos vesiculares) que se te escapó. Fashión total. Especial para regalárselo a un culé de vocación.
Lab: BMS
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