Me encantan estos pichigüilis que parecen que sirven para algo y son una inutilidad envuelta en diseño. En esta ocasión un limpiapantallas del ordenador retráctil. Lo ves, lo usas una vez y lo tiras.
Otra apropiación indebida del blog de la Doctora Kapowski. Un portalápices difícil de mirar y de diseño esotérico. A mi me ha recordado a meigas y conjuros.
El pichigüili de hoy lo he tomado prestado de una entrada que realizó la Doctora Kapowski allá por junio. Es un pichigüili de un alto nivel acústico a los que yo, pobre mortal, no llego a catar ni de lejos. Nada menos que un conjunto de mini altavoces y unos auriculares a juego que son muy molones. Supongo que son para hacer las guardias mas amenas y sobre todo porque la música amansa a las fieras.
Unas minas de lápiz para recambio de esos portaminas tan habituales últimamente. Hay que reconocer que es original el pichigüli y práctico. Sólo que hay que tener cuidado porque, que yo sepa, las minas pueden explotar y luego no vale lamentarse
Por fin un pichigüili merecedor de tal nombre. Un artilugio de los de antes de la crisis. Una linterna a la que le añades unos accesorios de plástico para la limpieza de los oidos. Vamos, que no me dejo yo urgar con un chisme de esos ni loca.