Un boli en apariencia normal que con un pequeño giro se convierte en un subrayador que emerge de las entrañas de la bestia tragándose al pobre bolígrafo. Con un poco de imaginación parece un capítulo de una película de dragones y mazmorras.
Un pack de boli y portaminas ideal para un bolso o maletín ya que si en algo destaca es en lo finos, finos, requetefinos que son. Lo he fotografiado con un espagueti para que os hagáis una idea.
No es más que un bolígrafo de cuatro colores. ¡Pero que cuatro colores! Es evidente que ser original en un boli no es fácil pero elegir estos cuatro colores resulta un alarde de gama cromática imposible. ¿Os imagináis un documento escrito en ese rosa chicle?
El mundo de los porta clips también se merece un estudio en profundidad. Hay que ver la cantidad de formas y volúmenes que se pueden crear para una misma función. Y todo con un imán y unos clips.